Mucho en juego
en los primeros abrazos.
Los niños y niñas entienden muchas más cosas de las que los adultos pensamos que entienden, y se expresan en formas que debemos aprender de ellos, para conocerles mejor.
El juego libre es la forma que el bebé tiene para ser, para sentir, para hacer y pensar paso a paso en la compañía de los adultos que forman parte de su entorno.
El juego es una actividad primordial para el desarrollo de los niños y niñas, permite al bebé explorar el mundo y potencia el aprendizaje a lo largo de la vida.
La mejor forma de comunicarnos con los bebés son las palabras, los juegos, las canciones, los cuentos. Es la forma en la que explora su entorno y se forma la base de su aprendizaje.
Los niños y niñas deben aprender sus nombres, el de su familia y la ciudad en la que viven. Estos detalles pueden facilitar contactar a la familia más rápidamente si se pierde o está en peligro.
Cada niño y niña buscará explorar el mundo con todos sus sentidos: la vista, el olfato, oído, tacto y gusto. Esto permitirá que aumenten sus conocimientos y relación con su entorno.
Los juegos son importantes para el aprendizaje. Se pueden utilizar objetos de la casa, e incluso hacer manualidades para crear nuevos juguetes.
Los momentos del baño, el cambio de pañal, la alimentación y los paseos son oportunidades para conversar, contarles lo que pasa a su alrededor, de forma sencilla y siempre nombrando las cosas claramente de la misma manera.
Es necesario que siempre varíen las posiciones cuando estén despiertos: boca arriba, boca abajo y de costado. Los ayudará a ejercitarse. Al momento de cambiarle los pañales, déjenlos desnudos, les permitirá moverse con mayor libertad.
La televisión, las pantallas de la tablet o el teléfono les hacen mal y no le aportan beneficios, son adictivas y disminuyen las oportunidades de socialización con el entorno, y además generan dificultades en la visión a muy temprana edad.
Para estimular sus movimientos, se pueden colocar objetos o juguetes cerca y luego alejarlos un poco para que se desplacen y tomen distintas direcciones para alcanzarlos. Muéstrenles como sacar objetos o juguetes de una caja, y luego volver a meterlos.
Acompáñenle a explorar el entorno, mostrándole un objeto a la vez y digan su nombre claramente, esto ayudará a desarrollar el lenguaje, entender y comunicarse con los demás.
Aunque parezca molesto para los adultos, los bebés disfrutan tirar cosas al suelo para que alguien lo recoja. Es una forma de juego y aprendizaje.
Normalmente después de poder mantenerse sentados, comienzan a desplazarse sin ayuda arrastrándose, luego gateando, pero también es normal que algunos bebés no gateen, o lo hagan con una sola pierna o sentados.
Cuando los bebés comienzan a caminar, sienten ganas de explorar y aún no tienen noción del peligro, para eso es útil enseñarles y estar atentos.
A medida que los bebés van creciendo, descubren todo tipo de movimientos, desde el momento de sentarse hasta que llegan a caminar, correr y saltar.
Es importante estimular todas sus capacidades, todo lo que puede hacer, y también respetar los tiempos, porque cada niño y niña lo hace a su modo.
Hay muchas formas sencillas y cotidianas de estimular la curiosidad y el aprendizaje cada día para que cada niño y niña pueda tener la oportunidad de desarrollar talentos y habilidades.
Para ayudar a estimular el desarrollo del lenguaje, se pueden utilizar libros de cuentos, revistas, e ir hojeando las páginas, láminas, nombrando los dibujos y contándole las historias.
Se aprende a caminar de manera natural cuando permitimos que los niños y niñas gateen, lo que les fortalecerá los músculos y la coordinación. Podemos ubicarlos cerca de muebles o utilizar nuestras manos para ayudarles a sostenerse y probar su equilibrio con los primeros pasos. El andador no es recomendable porque puede causar graves accidentes.
Alimentos de textura grumosa y fibrosa fortalecerán los músculos de la boca para estimular el desarrollo al intentar decir sus primeras palabras. Pueden mostrarle cómo hacer palmas y tirar besos. Hablarle cuando se baña, por ejemplo, indicando las partes de su cuerpo al higienizarse.
Cuando le cambias, le das de comer y en todo momento, haz gestos, por ejemplo, con la palabra “hola” y “chau". También será útil y divertido enseñarle a reproducir sonidos de animales.
Para estimular su motricidad fina se pueden utilizar para jugar objetos con agujeros, ranuras o cajas perforadas para que puedan hacer movimientos más precisos. También pueden hacer trazos libremente sobre la arena o sobre el agua. Pueden imitar los movimientos de animales con las manos, hojear una revista, escuchar una canción y hacer gestos con la mano.
Es importante intentar interpretar sus gestos y balbuceos, y que los adultos se comuniquen con gestos y palabras, de esta manera irán aumentando su vocabulario.
Es muy importante que llamen al bebé por su nombre, a medida que más se repita comenzará a responder cuando le llamen.
Es importante estimular el lenguaje a medida que aumenten sus palabras e ir dejando de a poco los gestos para comunicar si tienen frío, hambre, etc. El lenguaje oral debe aumentar progresivamente.
Cada mes los niños y niñas van desarrollando maneras únicas de relacionarse con los demás.
Se debe estimular cada relación para que aprenda habilidades de tolerancia y solidaridad.
A medida que crece comienza a ser más comunicativo a través de risas, balbuceos y su tono de voz para expresar rechazo o alegría.
Debemos estimular la conversación preguntándoles sobre su día, aunque respondan con palabras, balbuceos y gestos. Comenzarán a entender que cuando una persona habla y luego la otra contesta, se genera una conversación.
Pintar y dibujar es un momento de juego y aprendizaje importante donde pueden aprender formas geométricas, letras y números. El dibujo es una actividad espontánea y natural, y aunque al comienzo parezcan sólo garabatos, tienen un significado para los niños y niñas.
Algunos niños y niñas disfrutan de jugar con otros, pero es común que de repente no quieran compartir juguetes o comida. Es el momento para enseñarlas a ser generosos y a compartir.
Es bueno que puedan mantenerse de pie, caminar, correr, saltar, lanzar una pelota, mejor si es un espacio abierto y seguro. Esto fortalecerá sus músculos y su equilibrio.
Los bailes, ritmos y canciones estimulan sus movimientos, coordinación y el lenguaje, les causa diversión e intentan imitar a los demás.
Los niños comenzarán a hacer preguntas sobre todo lo que los rodea y si no lo hacen, debemos incentivarlos a cuestionar y hacernos preguntas con ellos. Se deben responder a todas de manera simple y real, y cuando no tenemos la respuesta, decir que no sabemos e ir a investigar juntos.
La observación de los objetos, de los animales, de las plantas de todo el entorno y el hecho de hablar sobre esas actividades y sus características contribuyen al desarrollo de la curiosidad y una actitud investigativa desde los primeros años.
Jugar con ellos a tener vivencias cotidianas como jugar a la cocina, a ser doctor, a ser abuelos, etc., los enseñará a poder ponerse en el lugar de otro.
Cada niño y niña encontrará sus propias formas de aprender, pero jamás lo hará sólo, necesita del estímulo de sus pares y las personas que están a su cuidado.
Hay muchas formas sencillas y cotidianas de estimular la curiosidad y el aprendizaje cada día para que niños y niñas puedan tener la oportunidad de desarrollar talentos y habilidades.
Es muy positivo que se aprendan rimas, canciones y adivinanzas para estimular y mejorar el lenguaje cada vez más.
Es importante estimular que juegue con otros niños y que pueda respetar el tiempo de otros para jugar. Eso ejercitará su paciencia y tolerancia.
Es muy importante que puedan participar en las tareas del hogar. Ayudará a que puedan seguir normas, favorecerá su autoestima sintiéndose útiles y contribuirá para aumentar su autonomía.
Disfrutan de jugar al lado de otros niños y niñas, aunque en ocasiones no quieran compartir es importante estimular que sean solidarios para fortalecer su sociabilidad temprana y tolerancia a personas diferentes.
Los juegos de roles a través de la vestimenta y los accesorios ponen en acción la imaginación de niños y niñas. Si esta práctica lúdica se lleva a cabo en un espacio de confianza y evitamos las vestimentas que tienden a erotizar, sobre todo el cuerpo de las niñas, se podrá recrear lo que ven día a día en su entorno, logrando interpretar nuevos roles manteniendo el cuidado de la inocencia.