Mucho en juego
en los primeros abrazos.
Compartir sonrisas, paseos, cuentos y músicas fortalece los vínculos con las personas más cercanas de su entorno.
La violencia no es una forma de aprendizaje. En todo juego, lugar o actividad existen reglas o límites, que los niños y niñas deben ir aprendiendo con cariño y respeto, aunque muestren frustración o enojo.
El apego oportuno es central en el desarrollo del vínculo afectivo entre la madre y sus hijos o hijas. En ningún otro momento de la vida se produce tanta cantidad de bienestar entre la mamá y el bebé.
El respeto es una forma esencial de cariño y cuidado. Se debe tener en cuenta los límites que cada niño y niña pone en cuanto a su espacio personal.
Cada niño y niña es único, irrepetible y diferente, por lo tanto debemos respetar sus tiempos en el desarrollo de habilidades, capacidades y aprendizaje.
Las demostraciones de cariño desde antes de nacer, los primeros meses y a lo largo de la vida construyen vínculos positivos y de confianza con las personas de su entorno. El relacionamiento con su entorno en los primeros años afectará la forma de relacionarse con otras personas en el futuro.
Es importante estar presentes. La presencia de madres, padres y cuidadores cada día ayudan a proporcionar un ambiente de confianza y contención durante el crecimiento.
Exigir el contacto directo del bebé con la piel de la madre al instante luego del parto, favorece el vínculo madre e hijo/a, tranquiliza a la madre y al niño, disminuye el estrés y facilita el inicio de la lactancia materna dentro de las 2 primeras horas de vida. Si fuera necesaria la internación, el bebé debe estar con la madre.
Es frecuente que la mamá se sienta abrumada en los primeros meses. Si se siente triste o con problemas para dormir, es conveniente consultar con un profesional de la salud. También es recomendable la actividad física y fomentar que las mamás se dediquen tiempo a sí mismas.
Las demostraciones de cariño desde los primeros meses construyen relaciones positivas y de confianza con las personas en su entorno.
Los niños ven, escuchan y repiten la conducta de los adultos sin saber si está bien o mal. Los adultos son el ejemplo para los niños, por lo cual pueden transmitir valores positivos como también fomentar conductas muy negativas. Las personas violentas son altamente nocivas para su desarrollo.
El bebé llora por distintos motivos y es posible diferenciar por qué. Llora porque tiene hambre, está mojado, está solo, siente alguna separación, dolor o molestia. Con el tiempo se podrán reconocer sus necesidades, a veces será más fácil y otras veces más difícil, lo importante es mantener la calma siempre, y pedir ayuda si es necesario.
Los bebés nunca deben estar solos, siempre deben estar al cuidado de personas adultas para evitar que se expongan a accidentes domésticos.
El bebé puede reconocer la diferencia en los tonos de voces y diferenciar la voz de la madre, el padre o sus cuidadores, emiten sonidos de disgusto o alegría.
El desarrollo del movimiento es muy importante en los bebés. Debemos fijarnos si son capaces de sostener la cabeza cuando levantan su cuerpo estando boca abajo.
Los sonidos fuertes generalmente generan algún tipo de reacción en los bebés, debemos prestar atención si no reaccionan ante ruidos fuertes.
Desde los primeros días de vida, el bebé irá mostrando señales de sus rasgos personales y expresiones, por eso debemos estar atentos a esas señales para conocerles mejor y hacer que nuestros vínculos con los bebés sean más fuertes.
Al estar atentos a las señales, comenzaremos a entender cómo se calman, qué los divierte, y a qué le pueden tener miedo.
Aproximadamente a los 3 meses comienzan a sonreír, lo cual es una señal de que disfrutan estar en compañía de otras personas o están divertidos y alegres jugando.
Algunos bebés pueden demandar más tiempo y esfuerzo que otros, y es común sentirse frustrados o agotados, por eso es conveniente pedir ayuda y compartir las tareas de cuidado. Es importante no llegar a niveles altos de estrés, porque puede afectar a los bebés.
Para calmarlo, se pueden acercar a la cuna, hablarle y acariciarlo, en lo posible sin prender la luz.
Al dormir, el bebé debe estar boca arriba para evitar sofocamiento, además la cama debe ser grande, o bien debe dormir solo en su cuna. La luz debe estar siempre apagada.
Es normal que el bebé sienta angustia y llore al separarse de las personas más cercanas. Es importante despedirse calmadamente y no salir sin avisar.
Es importante respetar los tiempos y el temperamento de los niños y niñas. Aunque algunas habilidades puedan darse normalmente a cierta edad, existe un proceso individual y diferente para cada uno, aunque sean de la misma familia.
Se debe prestar atención al rechazo que puedan demostrar hacia ciertas personas, incluso si son de la familia o son personas que viven en la casa.
Es importante respetar su espacio personal y si acepta o no a otra persona, por ejemplo al saludarle o dejarse alzar por alguien más.
Es importante conocer cada etapa del crecimiento de cada niño y niña desde sus primeros días, así podremos estar alertas ante cualquier señal que nos indique la necesidad de buscar atención médica.
Además, es importante atender las señales de alerta para asegurarnos que niños y niñas estén creciendo en un ambiente sano y seguro, y con todas las necesidades cubiertas.
Es natural que los bebés lleven la mano u otros elementos a la boca, los hace sentir mejor y los tranquiliza. Debemos estar atentos a que no se lastimen haciéndolo.
A medida que la visión se va desarrollando, los colores vivos y vibrantes generan muchas respuestas en los primeros meses. Debemos prestar atención si tienen dificultad para mover sus ojos en todas las direcciones.
Aunque los bebés comiencen a decir sus primeras palabras luego de cumplir el primer año, debemos prestar atención si a los 6 meses no pueden pronunciar las vocales y comenzar a balbucear.
Alrededor del primer año, los bebés deben poder sostenerse con las piernas sosteniéndose por sillas o muebles. Debemos estar alertas si no lo hacen.
Es importante prestar atención a que los bebés puedan responder cuando llaman a su nombre, y que además, sean capaces de reconocer a las personas conocidas.
Es frecuente que los bebés sientan rechazo o atracción por ciertos objetos. Algunos peluches o mantitas lo harán sentirse seguros y acompañados. Estos objetos le aportan bienestar emocional.
Los bebés comienzan a reconocer a los adultos, y pueden diferenciar entre personas conocidas y extrañas. Pueden sentir angustia cuando no ven a alguna persona conocida cerca.
Es importante enseñarles a reconocer y utilizar palabras para expresar sus sentimientos y emociones de forma sana, brindándoles confianza y evitar rabietas, que peguen o muerdan.
Cada niño y niña debe poder vivir en un ambiente limpio, sano y seguro teniendo en cuenta a las personas que lo rodean y el lugar donde vive.
Las personas que conforman su entorno deben ser de entera confianza, asegurando que puedan crecer en un ambiente libre de todo tipo de violencia.
Es importante expresar los límites de forma clara y precisa para que lo entiendan, y utilizar algún gesto para expresar un “no”, así lo comprenderán con mayor énfasis.
Es importante felicitarles en el momento que hacen algo positivo, reconocer y apreciar los esfuerzos es fundamental. Esto incentivará a que lo vuelvan a hacer en el futuro.
El abrazo es uno de los mayores gestos de afectividad, confianza, seguridad para cada niño y niña. El contacto físico durante la crianza del niño es importante porque desarrolla emociones en ellos y ellas, y además calma la sensación de angustia que puedan sentir.
Es importante responder todas las preguntas de los niños y niñas de manera clara y responder a todas sus dudas, porque pueden sentirse solos o que no están siendo escuchados.
Los niños y niñas pueden participar en algunas decisiones para sentirse valorados y parte importante de la familia. Dar cierta libertad dentro de unos límites claros y establecidos, y así evitar enojos o rechazo. Por ejemplo: ¿qué querés de postre fruta o yogurt?
Es fundamental explicarles cómo cuidarse y que no deben permitir que un adulto toque su cuerpo, en especial sus genitales. Además, dejar en claro de que si sucede, no es la culpa de ellos y deben avisar rápidamente a las personas de su entorno o la familia.
Aparece a medida que van tomando conciencia de la realidad; y como aún no pueden diferenciar claramente entre la fantasía y realidad, la oscuridad puede generarles temor. Es importante responder con mucho respeto y cariño.